Las tuberías, así como las redes de saneamiento en general, suelen ser las eternas olvidadas en cuestión de mantenimiento. Hasta que no es evidente y urgente el problema, nadie se percata de su importancia.
Como cualquier otro elemento del edificio, las tuberías deben inspeccionarse de forma periódica para garantizar su buen estado. De esta forma se evitarán posibles averías futuras y se podrán arreglar posibles desperfectos menores que se sucedan por uso, como es habitual, en la red de saneamiento.
Puede parecer obvio, sin embargo es necesario tener clara la diferencia entre limpieza y desatasco de tuberías. Esta radica en matices sencillo pero a la vez muy importantes, los cuales marcan una diferencia no sólo en el proceso en sí, también en el posible estado de la tubería.
Por este motivo antes de responder a la pregunta que preside este artículo, se ha creído más relevante marcar y explicar la distinción entre ambos procesos. Así los usuarios conocerán mejor las formas mediante las cuales pueden cuidar sus tuberías.
Diferencia entre limpiar y desatascar tuberías
La limpieza de tuberías, por un lado, se presenta como la prevención más eficaz frente el atasco de las redes de saneamiento. No obstante, resulta muy importante recordar que no se deben utilizar productos químicos muy agresivos. En lugar de beneficiar, estos empeorarán el estado de las tuberías.
Por suerte, existen muchas opciones más tolerantes con la estructura de las tuberías y que permiten limpiarlas de forma igual de adecuada. Un ejemplo de ello es la solución casera hecha a base de bicarbonato, agua y vinagre.
Lo ideal es limpiar las tuberías de forma mensual. De esta manera, éstas quedan liberadas de un exceso de desperdicios. Este proceso permite, incluso, detectar cualquier desperfecto con más facilidad.
En definitiva, la limpieza de tuberías consiste en un hábito sencillo, económico y preventivo que cualquier usuario debería aplicar en sus redes de saneamiento.
El desatasco de tuberías, por otro lado, se presenta como la solución al problema que supone el atasco de las redes de saneamiento. Este proceso se aplica como medida única, frente a la cual no existe otra opción posible.
Una vez atascada una tubería, el intentar limpiarla no sirve de nada. Los deshechos acumulados en ella son tales que sólo puede quedar liberada mediante maniobras profesionales. A parte de esta evidencia, también debe valorarse la existencia de una avería o fuga, así como un deterioro de la estructura de la tubería.
Esto son consecuencias que acarrea un mantenimiento inadecuado de las redes de saneamiento. Por suerte, los profesionales del sector de las redes de saneamiento velan por la solución de este tipo de problemáticas. Todo ello mediante unos procesos cada vez más sencillos y rápidos.
Así pues, ¿las tuberías deben desatascarse y limpiarse de forma periódica?
La respuesta a esta pregunta viene encabezada por un sí rotundo, pero con un pequeño matiz. Éste radica en que lo único extremadamente necesario de forma periódica es la limpieza, no el desatasco.
La razón no es otra que lo ya comentado con anterioridad. El desatasco de tuberías no es más que una solución, no una prevención. De esta manera, la limpieza se presenta como el único proceso preventivo de averías y atascos. Por este motivo debe aplicarse de forma periódica.
No obstante, los profesionales del sector no sólo velan por las redes de saneamiento atascadas y averiadas. Ellos también pautan el procedimiento de limpieza de tuberías.
En definitiva, los profesionales siempre garantizan que un trabajo quede bien hecho. Gracias al asesoramiento y acción de expertos, los usuarios quedarán tranquilos en relación a sus redes de saneamiento.